La primera forma del oficio cristiano estaba formada por tres partes: las vísperas, los maitines y las laudas. La práctica del oficio iniciaba con las vísperas de la noche anterior. La primera vez que apareció el ciclo completo y estructurado fue hacia el S. VI en la regla de San Benito: Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.
Aspectos musicales en el oficio
Antífonas: Son melodías que consisten en intercalar un texto con una melodía. Algo que podría caracterizar a las antífonas es que casi siempre son silábicas, y de vez en cuando aparecen dos neumas en una sílaba. Las antífonas se cantaban después de cada verso o par de versos, además de cantarse al principio y al final del salmo. Este tipo de melodía es la más simple y la más abundante.
Responsorios Prolijos: en este tipo de melodía se iban intercalando un solista y el coro, por lo que se cantaba respuesta y versículo. Antes de cada versículo se canta la respuesta y después del versículo se canta la última parte de la respuesta (se divide en tres partes). Más tarde se añadió la mitad de la doxología menor, y el orden quedaba así: Respuesta Completa-Versículo- Última parte de la respuesta-Doxología-Última parte de la respuesta
Melodías libres de las Respuestas: La técnica de la centonización (componer melodías uniendo fragmentos preexistentes de música) es un ejemplo de las melodías libres o respuestas de los responsorios prolijos. Los ajustes para acomodar los versos de diferente longitud pueden hacerse antes o después de las formas estándar. Los responsorios prolijos están escritos en estilo neumático que se prolonga aquí y allá para incluir melismas relativamente cortos. Las frases estándar se suelen mover dentro de una 5¬ª o 6ª y son de movimiento preferiblemente conjunto. Hay una tendencia general al abandono de los tonos responsoriales en los versículos y a un mayor uso del material libre en las respuestas. Los melismas más largos aparecen casi al final de la respuesta en algunos responsorios. Los neumata (melismas más largos) han sido acortados o suprimidos en los libros modernos de canto.
Responsorios Breves: Estos cantos no poseen gran interés musical. Se dan tres melodías principales: 1ª uso durante el año, 2ª para el adviento, 3ª tiempo Pascual. Por la adaptación, pueden cantarse diferentes textos con estas melodías. Las tres melodías son formulas recitativas ornamentadas. Han conservado fórmulas recitativas irregulares y muy antiguas. En los responsorios breves se prescinde de toda repetición en la serie de Horas Menores: Sexta, Nona y a veces la Tercia.
Los Himnos: El Liber Usualis contiene cerca 80 himnos y el antifonario tiene 40 más. La Iglesia duda entre aprobar los Himnos por 2 razones: 1ª El uso de los Himnos por los gnósticos y otras sectas heréticas reforzaron la creencia conservadora de que sólo la Biblia podrá suministrar textos para el uso litúrgico.2º Muchos eclesiástico reconocen el atractivo popular de los himnos y su eficacia para la difusión de las doctrinas ortodoxas. En las Iglesias los himnos adquieren un puesto preeminente y permanente en la liturgia mientras que en occidente se prohibían los himnos en las misas. Pero por su atractivo popular con expresiones del fervor religioso se aceptaban en el rito romano. El estudio de la Himnodia en el occidente Latino comienza con Ambrosio, por que los procedimientos poéticos y musicales que estableció son todavía los principales que determinan la escritura de los himnos. Los Himnos se dividen en estrofas cortas con misma escritura poética. Esa estructura puede variar de un himno a otro, pero todas las estrofas de un himno tendrán el mismo número de versos, mismo patrón métrico y el mismo esquema de rima. La separación entre palabras y música que caracteriza a los himnos es consecuencia de su subordinación litúrgica y aún más de su origen semipopular. Las melodías no aparecen en una notación musical precisa hasta el siglo XI o más tarde.
Ambrosio usaba tetrámetros yámbicos, son versos que constan de 4 grupos de pies compuestos de silabas cortas y largas para su forma poética. Se cree que Ambrosio quería que sus himnos se cantasen en un metros regular. Una correspondencia entre el metro musical y poético si se asociaba al estilo silábico y forma estrófica, contribuyendo a la obtención de estos objetivos. A propósito de la música folclórica y popular es que se debió tener un estilo simple y rítmico. Las sencillas melodías hímnicas conservadas por la iglesia constituye el acercamiento más estrecho de las melodías profanas de la época. La base de la acentuación latina estaba empezando a cambiar de silabas largas y cortas a silabas fuertes y débiles. Estas variaciones se pueden haber introducido para evitar la monotonía pero también había poetas que querían mantener el número correcto de silabas en cada verso.
Los sistemas de versificación y las desviaciones del patrón métrico normal se hacen insignificantes, sólo hay que mantener el número correcto de sílabas en cada verso e incluso las desviaciones esporádicas con respecto al requisito para adaptarse a la melodía. En el tratamiento silábico “Aeterne rerum Conditur” vemos melodías en las que las sílabas se cantan en neumas de 2, 3 o más notas. Esta elaboración surge cuando la interpretación pasa de la asamblea a un coro especializado o al conjunto del clero.
Las formas de las melodías hímnicas: Lo más usual son estrofas de 4 versos, las melodías constan de 4 frases distintas: abcd (forma Himno). Es usual en la música la repetición de modelos cadenciales característicos para producir rima musical. El modelo más repetitivo más común es abca pero también existen aabc; abab; abcb; abba. Estas formas se encontraran también en las canciones vernáculas de los troveros y trovadores.
Responsorios Prolijos: en este tipo de melodía se iban intercalando un solista y el coro, por lo que se cantaba respuesta y versículo. Antes de cada versículo se canta la respuesta y después del versículo se canta la última parte de la respuesta (se divide en tres partes). Más tarde se añadió la mitad de la doxología menor, y el orden quedaba así: Respuesta Completa-Versículo- Última parte de la respuesta-Doxología-Última parte de la respuesta
Melodías libres de las Respuestas: La técnica de la centonización (componer melodías uniendo fragmentos preexistentes de música) es un ejemplo de las melodías libres o respuestas de los responsorios prolijos. Los ajustes para acomodar los versos de diferente longitud pueden hacerse antes o después de las formas estándar. Los responsorios prolijos están escritos en estilo neumático que se prolonga aquí y allá para incluir melismas relativamente cortos. Las frases estándar se suelen mover dentro de una 5¬ª o 6ª y son de movimiento preferiblemente conjunto. Hay una tendencia general al abandono de los tonos responsoriales en los versículos y a un mayor uso del material libre en las respuestas. Los melismas más largos aparecen casi al final de la respuesta en algunos responsorios. Los neumata (melismas más largos) han sido acortados o suprimidos en los libros modernos de canto.
Responsorios Breves: Estos cantos no poseen gran interés musical. Se dan tres melodías principales: 1ª uso durante el año, 2ª para el adviento, 3ª tiempo Pascual. Por la adaptación, pueden cantarse diferentes textos con estas melodías. Las tres melodías son formulas recitativas ornamentadas. Han conservado fórmulas recitativas irregulares y muy antiguas. En los responsorios breves se prescinde de toda repetición en la serie de Horas Menores: Sexta, Nona y a veces la Tercia.
Los Himnos: El Liber Usualis contiene cerca 80 himnos y el antifonario tiene 40 más. La Iglesia duda entre aprobar los Himnos por 2 razones: 1ª El uso de los Himnos por los gnósticos y otras sectas heréticas reforzaron la creencia conservadora de que sólo la Biblia podrá suministrar textos para el uso litúrgico.2º Muchos eclesiástico reconocen el atractivo popular de los himnos y su eficacia para la difusión de las doctrinas ortodoxas. En las Iglesias los himnos adquieren un puesto preeminente y permanente en la liturgia mientras que en occidente se prohibían los himnos en las misas. Pero por su atractivo popular con expresiones del fervor religioso se aceptaban en el rito romano. El estudio de la Himnodia en el occidente Latino comienza con Ambrosio, por que los procedimientos poéticos y musicales que estableció son todavía los principales que determinan la escritura de los himnos. Los Himnos se dividen en estrofas cortas con misma escritura poética. Esa estructura puede variar de un himno a otro, pero todas las estrofas de un himno tendrán el mismo número de versos, mismo patrón métrico y el mismo esquema de rima. La separación entre palabras y música que caracteriza a los himnos es consecuencia de su subordinación litúrgica y aún más de su origen semipopular. Las melodías no aparecen en una notación musical precisa hasta el siglo XI o más tarde.
Ambrosio usaba tetrámetros yámbicos, son versos que constan de 4 grupos de pies compuestos de silabas cortas y largas para su forma poética. Se cree que Ambrosio quería que sus himnos se cantasen en un metros regular. Una correspondencia entre el metro musical y poético si se asociaba al estilo silábico y forma estrófica, contribuyendo a la obtención de estos objetivos. A propósito de la música folclórica y popular es que se debió tener un estilo simple y rítmico. Las sencillas melodías hímnicas conservadas por la iglesia constituye el acercamiento más estrecho de las melodías profanas de la época. La base de la acentuación latina estaba empezando a cambiar de silabas largas y cortas a silabas fuertes y débiles. Estas variaciones se pueden haber introducido para evitar la monotonía pero también había poetas que querían mantener el número correcto de silabas en cada verso.
Los sistemas de versificación y las desviaciones del patrón métrico normal se hacen insignificantes, sólo hay que mantener el número correcto de sílabas en cada verso e incluso las desviaciones esporádicas con respecto al requisito para adaptarse a la melodía. En el tratamiento silábico “Aeterne rerum Conditur” vemos melodías en las que las sílabas se cantan en neumas de 2, 3 o más notas. Esta elaboración surge cuando la interpretación pasa de la asamblea a un coro especializado o al conjunto del clero.
Las formas de las melodías hímnicas: Lo más usual son estrofas de 4 versos, las melodías constan de 4 frases distintas: abcd (forma Himno). Es usual en la música la repetición de modelos cadenciales característicos para producir rima musical. El modelo más repetitivo más común es abca pero también existen aabc; abab; abcb; abba. Estas formas se encontraran también en las canciones vernáculas de los troveros y trovadores.
Redactado por: Silvia Álvarez y Auryn Villegas
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